Proyecto Placas Solares Grupo Scout San Miguel 337

Hola. ¿Conocéis esa frase de “predica con el ejemplo”? bueno, pues hoy 24 de Octubre es el día Mundial contra el cambio climático, un día en el que salimos a la calle para reivindicar y juzgar que nos estamos cargando el medioambiente, pero nosotros los Scout, preferimos actuar y ser parte del cambio y de la solución.

Hoy os traemos la historia de la unidad rover del Grupo Scout San Miguel, que hace poco mas de dos años, decidió ponerse como proyecto de clan, aumentar la sostenibilidad de los campamentos de verano y empezar a ser participes de la reducción de nuestra huella ecológica.

Antes de contaros la historia del gran Diego Ortín, uno de los promotores del cambio en el Grupo Scout San Miguel, os quiero dejar una reflexión. ¿Sabemos el impacto que como Scouts, dejamos en el entorno del campamento de verano? ¿Sabemos el impacto que generamos al usar durante tantas horas un generador de gasolina? ¿Sabemos la contaminación lumínica que supone usar grandes focos? ¿Evaluamos el daño que generamos en el medio con la extracción y filtrado del agua? Todas estas cuestiones y muchas mas, se están gestionando desde el equipo de Medio Ambiente de ASDE Exploradores de Castilla y León, que actualmente lo componen 17 personas. Pregúntanos para unirte a colaborar

Diego Ortín, scouter del GS San Miguel nos relata un poco su experiencia.

Este proyecto se enfoco desde tres ejes fundamentales: uso energético, producción y gestión de residuos, y uso del agua.
En el ámbito energético, reemplazamos el motor de combustión por una alternativa más ecológica y menos ruidosa: una instalación solar.

Tras investigar un poco, compramos un par de paneles de 200W, dos baterías de plomo, un regulador de carga y un inversor (y unos cuantos cables) Nos costó todo unos 1300€, y nos dimos cuenta de que además de más ecológico también era mucho más cómodo. ¡Ya no era necesario tener el motor encendido para encender una bombilla o cargar un móvil!
También nos preocupaba la cantidad de coches que venían al campamento el día de padres, por lo que pusimos un autobús. Esto también resultó ser muy efectivo para lograr que se cumpliesen mejor los horarios (no es fácil despegar a unos padres de sus hijos)


En cuanto a los residuos, nos centramos en reducir la cantidad de residuos producidos (principalmente en las comidas y en el aseo), y en reciclar. Cambiamos el menú, consiguiendo que casi no hubiese plásticos que tirar. Compramos botes de gel y jabón grandes, y unos más pequeños para rellenar. Hicimos contenedores de reciclaje con imágenes para que todo el mundo tuviese claro dónde va cada cosa, y vigilamos que se usasen correctamente tras las comidas. También hicimos talleres de reciclaje con las unidades, y explicamos a los padres las normas el día que vinieron.
Para usar mejor el agua, cambiamos la bomba que teníamos por una de mucho menos caudal. En vez de bombear directamente a fregaderos y duchas, ahora la bomba subía el agua a unos depósitos. Así conseguíamos perjudicar menos al río, y además ganábamos en comodidad: ahora se puede usar un grifo o ducha en cualquier momento, sin tener que activar la bomba. Reemplazamos las alcachofas de las duchas por grifos colgantes con pulsador, que sólo echan agua cuando se necesita. También hicimos talleres de concienciación para usar menos agua al fregar, lavarse… Y filtramos las aguas sucias con carbón, reduciendo su impacto ambiental.